¿Qué pensarían en América o África la primera vez que vieron venir a
los conquistadores?, que eran Dioses, aunque no tardaron en comprender
que aquellos Dioses, no les traerían nada bueno, teniendo en cuenta que
reprimían su cultura, educación y memoria, para aniquilar cualquier
resto de su propia evolución hacia la humanidad.
Los
conquistadores llegaban siempre a salvo con su tecnología, armas con las
que matar eficazmente a cualquiera que se interpusiera en su camino, ya
fuera hombre o niño, mujeres o ancianos caían inexorablemente ante tal
despliegue de matanza nunca antes visto.
Es curioso
cómo las civilizaciones consideradas "inferiores" eran dominadas y
amaestradas como lo eran los animales, pues como a seres sin derechos o
salvajes veían los monstruos conquistadores a sus cautivos llamados
esclavos, para que pudieran servir durante toda su vida y la de su
descendencia a aquellos que habían hecho posible que recibieran cierta
educación y cultura, bárbara sin duda alguna.
La
historia de la humanidad es la historia del universo, allá donde vayamos
seguro encontraremos restos y rastros de batallas, por tener formas
diferentes, por tener culturas diferentes, por ser conquistadores y
dominar aquello para moldear a nuestra bárbara y estúpida semejanza, a
aquello que posiblemente pudiera convertir nuestra miseria en
comprensión, adaptar lo que fuera para poder evolucionar en conjunción.
Y bastaba que un humano pisara otro continente, que llevara su aprendizaje y
conocimiento para servir a la humanidad en otros lugares, adquirir lo
que personas pensaban, que aquello igual que divertía mataba,
conspiraciones se hacían para conocer secretos o enmudecerlos, pues nada
mejor que los secretos para hacer que las personas hicieran lo que a
uno beneficiaba, que por proteger dinero, avaricia o monstruosidades, muchos murieron alegremente pensando que su muerte defendía aquello que pisoteaba.
Entre
bárbaros hicimos del mundo algo siniestro por milenios, relegando toda
humanidad a una pésima cualidad llamada sociedad, que esparcía y
degradaba todo aquello que en su sucia sociedad sobraba, haciendo de
personas sombras, borrosas ilusiones de un inútil rastro de humanidad, que
crecía entre la miseria que generaba el sistema.
Sistema construido para segregar a las personas desde su nacimiento.
Cuando
comprendamos que corporaciones y multinacionales y organismos controlan
a humanos, con palabras que solamente deben temer algunas personas, quizá
nos demos cuenta de que no es normal que unos simples y absurdos
edificios, que se sustentan de palabras que se hacen leyes para
perjudicar a las personas, sean los responsables directos de que la
humanidad no comprenda que las personas, podemos cambiar las palabras,
pero también podemos cambiar a las personas que sustentan esos sistemas
con leyes que perjudican a todos, menos a los más sinvergüenzas.
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