T+ t-

T+ t-

viernes, 8 de marzo de 2013

La justicia de cifuentes

Olía a podrido descaradamente. 
La manera de tratar los asuntos públicos afianzaba su déspota manera de presunción, arrojando a los ciudadanos bestias rabiosas, que mientras los mordían apaleaban. 



Los perros sueltos y rabiosos que obedecían eran protegidos por su injusticia, su manipulación de los derechos, corruptos los volvió, dejando entonces de proteger a los ciudadanos, para proteger a las bestias rabiosas, que sueltas, apaleaban y pisoteaban personas. 

Curiosa manera de definir las libertades y derechos de los ciudadanos, diciendo que agarrar mujeres por el pelo y arrojarlas al suelo, pisarlas, patearlas o agarrarlas del cuello, retorcer sus miembros, estaba permitido para sus perros. 

Defensora a ultranza de los derechos de las mujeres, siempre y cuando no estuvieran siendo maltratadas por sus perros, porque al ser suyos y al haber hecho un hecho su barbarie, no había indicios de delito en sus fieras, puesto que las personas, ya sean niños, mujeres o abuelos, lo merecieron...

No hay comentarios:

Publicar un comentario