Vaya,
siento de veras que cuando hablo de personas que pasan hambre a algunos
les moleste, lo siento, también siento que cuando se ocultan personas
no importe, al igual que cuando desaparecen, o se borran comentarios, que importará si
no es nadie y aunque se queje qué más da.
No importa tampoco que sienta
de veras, que la información que nos dan además de ser mala esté
totalmente corrompida y sea corrupta, interesada, pues siempre faltan esos datos que tanto importan y
que nunca son puestos a la luz, porque qué importará que para alguna persona
sea importante.
Qué más da si hay un pelotón de zombis que como
perfectos autómatas creen y defienden aquello que les digan, aunque se
confundan, sea erróneo o mentira.
Y así sigo sintiendo que las personas
sigamos evadiendo el problema, pues al ser de todos y ver lo en ajeno
quizá confunda en lo propio por ser totalmente un espejo.
Quizá
utilicemos las palabras a conveniencia, por ser más fácil desprender así
la obligación para con lo demás, que quizá para alguien importe y ya que
se dice y con hechos se prueba, quizá la diferencia esté en la manera,
que dependerá de cada persona y de su forma. Y hablando de libertades, ¿si tú tienes esa libertad, ¿por qué yo
no?.
La
lucha de las clases acabó, hace tanto tiempo que ni recordamos que
nosotros mismos la matamos, hicimos del mundo una especie de circo en el
que las personas elegían lo que hacían, decían o cómo se comportaban virtualmente, para olvidar aquel mundo real que nos convertía en números.
Es mentira que dependamos del capitalismo tanto como el capitalismo
depende de las personas, ¿pero qué hacemos las personas?, obviamos que
no habrá cambio sin comprensión.
Y no hay tiempo para todos, porque no
son todos los que tienen que cambiar de golpe, pero sí somos todos los
que tenemos que comprender y eso exige su tiempo para con cada persona.
Yo
no soy un producto!!! y qué fácil sería decir esto, la realidad es que lo
somos, pero también elegimos, hasta cierto punto. La realidad dice
que mientras que no nos borren, podemos intentar hacer muchas cosas, sobre
todo cambiar, porque hace falta ser muy humano para cambiar.
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