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martes, 2 de abril de 2013

Beneficios, abuso de poder y autoridad con mentiras.


Bombas de racimo robadas al ejército y fabricadas en España, matan personas indiscriminadamente desde hace años y los españoles ni se enteran.

“El ministro de Defensa, Pedro Morenés Eulate, fue consejero y representante de la empresa Instalaza S.A., fabricante de bombas de racimo. El ministro de Defensa entró a formar parte de Instalaza S.A. el 26 de agosto de 2005 como consejero. Estuvo en ese puesto casi dos años, hasta el 31 de mayo de 2007, fecha en la que cesó para ser nombrado representante, cargo que ostentó hasta el 20 de septiembre de 2011.”


¿El ministerio del interior sabe cómo es posible que armas descatalogadas españolas, “bombas de racimo”, ni más ni menos, fueran vendidas en el exterior, para que hicieran su trabajo? (matar personas indiscriminadamente).

Teniendo en cuenta que fueron retiradas del arsenal español por un tratado internacional que firmó España, pero ¿quién vendió esas armas que estaban custodiadas por el ejercito, que fueron utilizadas contra población civil, a los catalogados como “terroristas”, incumpliendo la normativa mundial, europea y nacional sobre la venta de armas de destrucción masiva?.

Eso sí debería de preocupar a interior, pero claro, como tienen a los agentes del cni persiguiendo fantasmas.

Human Rights Watch (HRW) confirmaba lo que era de esperar: España y otros países que se habían comprometido a eliminar las bombas de racimo habían destruído ya un total de 176.000 artefactos. Según EFE, España se adscribió no obstante a la excepción que permitía conservar los artefactos de racimo que no excedían las 20.000 minibombas con el fin de investigar y entrenar.

La polémica se desató en el año 2011 el 15 de abril. El periódico estadounidense The New Yorkr Times sacaba a la luz una información http://www.nytimes.com/2011/04/16/world/africa/16libya.html?_r=3&hp&

Denunciaba el uso de bombas racimo por parte de las fuerzas del entonces líder libio, Muamar Gadafi, contra la población civil libia. Según destapaba el diario estadounidense, las bombas de racimo descubiertas se correspondían a proyectiles de mortero MAT-120 fabricados en España en el año 2007. The New York Times apuntaba directamente a una empresa española: Instalaza S.A., de la que fue consejero y posteriormente representante el recién nombrado ministro de Defensa, Pedro Morenés Eulate. “

Lo asombroso de toda esta historia es lo fácilmente que han tapado que alguien contradiciendo la normativa mundial, europea y nacional vendiera armas de destrucción masiva, aprovechando el poder que tenía y obteniendo un beneficio económico, político.

Si dejamos el control de las armas de destrucción masiva a personas que las venden al mejor postor, no es de extrañar que algún día, puedan atacar el país con esas mismas armas, que fabricamos y alguien vendió, porque tenía poder para robar las armas y vender estas sin que nadie dijera nada.

Los servicios secretos, interior, exterior y el gobierno, están para impedir que estas cosas pasen, a no ser que quien las haga, forme parte del gobierno y lo militar y puedan esconder toda esta putrefacción.

Va a resultar, que matar personas con armas españolas de destrucción masiva es legal, si secuestras el sistema y mantienes a los ciudadanos en la más absoluta ignorancia.

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