Y mientras compres olvida que tendrás que numerar, quizá entre realizar el sueño de enseñar lo que tienes olvides que lo que numerarás, será tu descendencia.
Numera tu descendencia y define su futuro como esclavos, bien vestidos y arreglados para ser sacrificados comprendan que su entrega inútil será, simplemente satisface al mercado con tu estirpe, número sé una marca.
Puede que sean subastados los números para satisfacer deseos íntimos, salvajemente despreciables, o serán comprados y vendidos al peso una vez muertos. Enajenados de un mundo irreal vendido de falsa ilusión conocerán la realidad. No comprenderán nada por ser un delirio de libertad confundida, puesto que significa muerte y sufrimiento con sacrificio continuo de por vida.
Los que compran, educados sin familia y sin necesidad quieren mascotas humanas que cumplan sus deseos. Mundo cruel en el que millones de personas son criadas para satisfacer la demanda de la economía global, los anhelos.
Los demás, tampoco es que importen mucho, somos recambios.
Y comprando y vendiendo mercancía las empresas que mataban por corazones crecían, al igual que crecían los órganos, cientos de miles de órganos, que llegaban a varios millones al año, año tras año la compra y venta de órganos creciendo.
Las personas pasamos a ser maniquíes, dependiendo de la época éramos enfermizamente obesos o esqueléticamente patológicos. Todo dependía de los creadores de opinión, personas pagadas para ser marionetas del sistema, que aceptaran los ciudadanos libremente.
Entre anuncio y programa favorito fuimos olvidando de donde veníamos y qué queríamos ser, por ser una sombra de alfeñique famélico de vida retorcida moríamos, haciendo de nuestra descendencia un seguro recambio para una necesidad impuesta incierta y futura.
Entre risas y espectáculos danzábamos, bailando se olvidan las penas, las riegas con alcohol y drogas y adiós problemas, mientras damos vueltas que se convierten en bucles infinitos que aseguran que el anuncio, dio resultados, ahí tenías un grupo llamado humanos, unos eran bestias salvajes, los otros sus esclavos.
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