Llamados a ser sacrificados en nombre de la humanidad, perdimos el derecho a ser considerados personas, que como números, pasaron a formar parte de un porcentaje que debía de ser resuelto.
Despejar la incógnita requería de la muerte de un sin fin de personas, que morirían en guerras y padeciendo terribles enfermedades, grandes epidemias.
Pobre de aquel que piense que denunciando pueda arreglar algo en su vida, al parecer es más importante para nosotros, los ciudadanos, seguir siendo unos inconscientes y descerebrados, con los que hacer negocio, mientras sufrimos pensando que podremos tener justicia, u obtener libertad.
lunes, 30 de diciembre de 2013
RTVE Radio y televisión española
Nido de políticos desesperados, desesperados por difundir su creada opinión hacia los telespectadores resecos, resecos porque que creen todo aquello que les digan, sobre todo si conviene a sus intereses.
Felices farsas
Rezan las personas, esperando que un Dios escuche lo que nunca escucharon sus representantes en la Tierra. Algunos decían que no hacían ni caso por lo dúctiles y maleables que éramos. Jamás despreciaron el dinero de aquellas pobres almas que creían en ellos.
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