T+ t-

T+ t-

lunes, 30 de diciembre de 2013

Felices farsas

Rezan las personas, esperando que un Dios escuche lo que nunca escucharon sus representantes en la Tierra. Algunos decían que no hacían ni caso por lo dúctiles y maleables que éramos. Jamás despreciaron el dinero de aquellas pobres almas que creían en ellos.



Cantaban en navidad que nacería un niño, de padre dudoso, cuidado igualmente por otro hombre, que ayudado por aquella mujer que fue preñada por el espíritu santo, darían conocimiento expreso a una divinidad que terminaría muriendo en la cruz, abandonado a su suerte por los suyos.

Miles de años después, los crímenes y atrocidades cometidas en nombre de una doctrina, tan utilizada, como para certificar con el paso de los milenios que éramos salvajes. Y a final, terminó por ofrecer lo único que tenía, que era pasado tergiversado y repleto de crímenes.

Una vez más las sombras ocuparon el lugar del conocimiento, de nuevo la vida de un humano valía lo mismo que un gusano. Tan importantes éramos, que fuimos catalogados, clasificados y vendidos al mayor postor en lotes individuales o familiares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario