Para fabra es muy fácil mentir, sale en televisión y para justificar que cierra canal 9 va y dice que tiene que cerrar la cadena pública valenciana, porque no quiere tener que cerrar colegios u hospitales.
Y parece un chiste, como todas las instituciones y políticos del país, que ríen sus necedades mientras la sociedad se desangró y legiones de miserables son llamados ahora responsables.
En la comunidad valenciana nadie le creyó, supongo en España tampoco le creerían muchas personas, menos en el extranjero, porque la realidad en Valencia es terrible.
Esta bonita y maravillosa navidad echaron a la calle a múltiples profesores, por la puerta de atrás y los alumnos que se jodan. En varias comunidades incluida Valencia. También van a recortar un 40% más las ayudas a la educación, becas de comedor y libros sobre todo. Que se jodan los alumnos y sus familias, así mueran de hambre, ni les importa.
En sanidad está igual la cosa, quiero decir, los hospitales están colapsados, en el año 2013 miles de empleados públicos han perdido su empleo y forman parte ahora de una gestión precaria y privada que terminará pagando el ciudadano.
Aquí en Valencia ya han rescatado varios hospitales con gestión privada con dinero público más un montante por pérdidas.
Faltan médicos y enfermeras también, faltan medios, medicinas, personal...
También habrá reducción en sanidad para el 2014, el porcentaje, próximamente.
Siguen aumentando las víctimas por la política sanitaria, los políticos y gestores culpan a la enfermedad, no a su sistema asesino y deshumanizado.
A los medios en Valencia les ha importado una merde que expulsen profesores por la puerta de atrás en navidad. Nadie al parecer ve raro que padres y madres de familia hayan sido despedidos de un modo extraño y en navidad.
Nadie ha visto raro que en los colegios se racione la comida a los niños, al igual que nadie parece dar importancia a que Valencia sea bono basura, gracias a las cajas de ahorro del mediterráneo CAM, banco de Valencia, que tuvo que ser intervenido y sus tratos con caja madrid, el fútbol, las empresas constructoras, los maletines, los sobres, las tramas y todo envuelto en traca, blaveros, kikos y falla al ritmo de la nueva españa 2000.
En Valencia no es extraño que las cosas no importen. Quiero decir, había un periodista, en el año 2010 que denunció el extraño comportamiento de múltiples funcionarios públicos judiciales, hasta aquí todo normal.
Lo anormal empieza cuando en la ciudad de la justicia en valencia se distribuyen fotografías de este periodista, que aún continúan rondado por la injusta y llena de corrupción nueva ciudad de la justicia en Valencia en el año de gracia 2014.
No es de extrañar que en Valencia te amenace la policía nacional porque alguien se lo manda, o que te amenacen los funcionarios judiciales porque quieren, o porque alguien se lo manda, o que haya jueces en lo penal que mandan a otros jueces en lo penal como bien manda Dios y la prevaricación.
Ni mencionar la mala reputación que tienen, ganada a pulso, la audiencia nacional o provinciales en Valencia, o su tribunal superior de justicia.
Los unos, la audiencia, no quieren saber nada de nada a no ser que sea para no ver indicio de delito en los crímenes más atroces. Los otros son capaces de mandar a denunciar a una comisaría delitos que se denuncian en el tribunal de justicia.
El mismo sitio en el que no dejan denunciar en los juzgados de guardia a ciudadanos españoles. Los mismos funcionarios y jueces y fiscales que nunca vieron indicio de delito en la inmensa corrupción en todas partes en toda la comunidad valenciana.
Sin duda son los mismos que mandan o protegen que apaleen a abuelas, mujeres, embarazadas y adolescentes, mientras les dicen que denuncien toda violencia de género. Las disculpas de la delegada de gobierno siempre son las mismas. Las violentas personas fueron vejadas por la autoridad, con nocturnidad y alevosía como manda su ley.
En muchos aspectos es como Madrid, todo es corrupto, todos son corruptos y nunca querrán saber la verdad, ni nada que se le parezca.
De hecho, por eso fabra dice lo que dice y hace lo que hace, porque la corrupción se protege, mucho más cuando está institucionalizada.
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